La venganza – aplicada sumariamente en las películas y en televisión – es una de las formas más puras de satisfacción emocional. Y el bichito de la venganza ha renacido recientemente, como lo notó Stanley Fish en su blog, citando la frase espectacularmente mencionada por Liam Neeson en Taken como una especie de diagrama del género: “Si estás buscando un rescate, yo no tengo dinero. Lo que sí tengo es una variedad especial de habilidades, adquiridas tras una larga carrera; habilidades que me convierten en una pesadilla para gente como tú. Si dejas ir a mi hija, se acabó, no te buscaré ni te perseguiré. Pero si no la dejas ir, se acabó, sí te buscaré, sí te perseguiré. Y te mataré.”
Si has visto la película, o incluso si no, ya te imaginas lo que ocurre. Esa búsqueda para salvar a la hija y sacudirle la cabeza al tipo malo de turno se desenrolla en una serie de tramas: tortura, sheik árabes recolectando vírgenes norteamericanas, burócratas franceses corruptos... algo que haría parecer que Dick Cheney fue contratado como un asesor de guión “bajo el radar”.
Las fantasías de venganza son diversiones confiables y durables porque nos permiten experimentar acciones que no podemos llevar a cabo en la vida real, y que muchos de nosotros de verdad no quisiéramos experimentar aunque nos dieran la oportunidad. Eso estaría bien si estuviéramos hablando solamente de la cultura popular. Pero en la década del 2000, la fantasía de venganza se ha escapado del campo de la ficción, se ha esparcido sobre nuestra política y – por un instante – dio vuelta de sartén la política y la tradición establecidas en Estados Unidos respecto al trato de los prisioneros.
Llamémosla la Década de Jack Bauer: una extraña, anómala, y esperemos temporaria fase de la historia estadounidense, una con la que Estados Unidos aún tiene que lidiar.
Cuando Cheney declaró que sería necesario ir “al Lado Oscuro” tras los eventos del “11 de Septiembre” estadounidense, dudo que muchos hubieran estado en desacuerdo con la idea general. Yo no lo estuve. Y la idea se mantuvo como algo general por un largo tiempo gracias al velo del secreto. Sólo más tarde supimos que el “lado oscuro” significaba tortura, campos de prisioneros, la suspensión del debido proceso, y la noción de poder presidencial inapelable. No quisiera reformular la pregunta de “si la tortura funciona”, si es que realmente permite extraer información más fidedigna o si previene ataques terroristas más eficientemente que los métodos tradicionales. Basta con decir que la eficacia del lado oscuro es al menos debatible, ese debate es casi nunca sustantivo, y con sus consecuencias no vale la pena.
Lo que le dio al “Lado Oscuro” su fuerza política no tiene nada que ver con su función como política del gobierno. La seducción de quitarse los guantes viene de poder repudiar la política del gobierno... además de las limitaciones morales y éticas. Jack Bauer opera fuera de las reglas porque son justamente las reglas las que constituyen una vulnerabilidad que nos ha puesto en peligro. Existe un nihilismo acerca del gobierno y la democracia escondido en las finas líneas tras estos asuntos.
Lo hemos escuchado una y otra vez durante los “años cero”: “los terroristas se merecen lo que les pase”; “todo puede justificarse si es para mantenernos seguros”. Jack Bauer se convirtió en una especie de Héroe para la Derecha y (como más tarde publicarían Philippe Sands y Jane Mayer) para la gente responsable de implementar la política de detención e interrogación de la Administración Bush. Ahora, ciertamente “24” es un excelente programa televisivo del género de suspenso/acción, y ciertamente Jack Bauer es uno de los mas grandes personajes televisivos de todos los tiempos; y las tramas del programa, por muy inanes que puedan ser, reflejan un estado específico del sentir colectivo. Pero las satisfacciones emocionales de un telecast de cuatro actos no son un sustituto para el razonamiento serio acerca de los problemas complejos. Y los dramas de suspenso y acción – en especial aquellos que se basan en hacer ver al gobierno como una espina inútil y molesta – no son buenas bases para el accionar de un gobierno en cualquier ámbito real... mucho menos cuando se trata de Seguridad Nacional.
Deja que tus agentes vayan “a lo Jack Bauer” y quizá maten uno que otro terrorista, pero habrá excesos, daño colateral, errores desastrosos... e incapacidad de asumir responsabilidades. En las películas y en la televisión ese es un pequeño detalle que se deja de lado, pero no así en la vida real. Tomen nota los conservadores: así es como funcionan las burocracias.
Si vez “24” regularmente, te habrás dado cuenta que no es un mundo en blanco-y-negro: Jack Bauer vive en un universo de moralidad suficientemente compleja, los sistemas de justicia y conducta ética siguen ahí. Jack es el hombre capaz de traspasar cualquiera de esas barreras éticas, morales o legales para poder salvar a Estados Unidos de cada amenaza... a un terrible precio. Más aún, a un precio que está dispuesto a pagar – al ser enjuiciado, torturado por los chinos, o interrogado por un comité del Senado – por sus acciones. Mientras que desde los memorandos de tortura hasta los escenarios de “el reloj corre”, el debate político que se ha dado sobre el “Lado Oscuro” se ha tratado de eliminar esas consecuencias, haciendo del “Lado Oscuro” no la excepción sino la norma.
Aun con un Presidente que declara querer seguir la tradición y la ley, la Década de Jack Bauer no se acabará con los años cero: no, podríamos estar mirando al Siglo de Jack Bauer. Quedan demasiados asuntos legales y políticos en vilo. Y mientras haya terroristas tratando de explotar aviones con sus pantalones, la agenda política de Estados Unidos se inclinará hacia las cabritas y las emociones en “24”, las bombas con relojes que corren y esa “variedad especial de habilidades” de Liam Neeson.
____________________________________
Enlaces Seleccionados:
Stanley Fish: “La Venganza es mía” (comentario sobre la tendencia del uso de la venganza como motor en los best-sellers modernos)
Internet Movie Database: “Taken” (Pierre Morel, 2008; información sobre la película)
Wikipedia en Español: “Jack Bauer” (¿hace falta explicar?)
MatrixLaw: “Philippe Sands” (abogado que ha escrito reconocidos documentos acerca de la política exterior de los Estados Unidos)
Internet Movie Database: “Taken” (Pierre Morel, 2008; información sobre la película)
Wikipedia en Español: “Jack Bauer” (¿hace falta explicar?)
MatrixLaw: “Philippe Sands” (abogado que ha escrito reconocidos documentos acerca de la política exterior de los Estados Unidos)
Traducido por: Ryan Chappelle
Fuente Original: Trueslant.com
'Ryan Chappelle' es un miembro del Team 24 quien desarrolla Software Libre y administra un Grupo de Usuarios de GNU/Linux en su localidad. En su tiempo libre colabora con comentarios y miniaplicaciones relacionadas con “24”.
'John McQuaid' es un autor que escribe acerca de la ciencia, el medio-ambiente, y, “contra mi propio consejo”, sobre la política estadounidense. Su trabajo ha sido publicado en Wired, The Washington Post, y The Guardian.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son importantes, deja el tuyo !!